lunes, 11 de noviembre de 2024

Tremendo cabreo ...


Quien siga habitualmente tanto éste blog, como mi blog principal, sabrá que muy rara vez plasmo en ellos temas que no tengan un enfoque positivo. Pues hoy, y lo siento mucho, tengo que "desahogarme" en el teclado del monumental cabreo que traigo hoy con un tema que nos afecta a muchos. 

Para poneros un poco mejor en contexto, aclaro que uso gafas graduadas desde que era una niña, no tolero las lentes de contacto y una cirugía (según me dijeron en su momento) no solucionaría mi problema de visión, que no es cuestión de unas pocas dioptrías nada más. Lo que quiero decir con esto es que para mi unas gafas graduadas no son un accesorio de moda, son una necesidad para poder hacer vida normal (conducir, trabajar, leer, etc.). 

Hace algo más de dos años, que me hice el último par y hace poco descubrí que uno de los cristales empezaba a presentar ciertos desperfectos. No se trata de desperfectos por un mal uso, un golpe, ni nada parecido, simplemente tal y como averigüé hace poco, el tratamiento antirreflejos se está empezando a levantar. Después de dos años, parece ser que entra dentro de lo normal y no hay garantía que lo cubra, es decir, que al igual que muchos productos electrónicos, también las lentes sufren de obsolescencia programada, o lo que es lo mismo, tienen una vida útil limitada, por lo que te ves forzado a cambiar de gafas aunque tu graduación no haya cambiado.

Bueno, a lo que iba, decidí entonces esta tarde recorrer varias ópticas en busca de un presupuesto, He recorrido tanto lo que viene a ser la óptica de barrio de toda la vida, que  para incentivar y ayudar al comercio local (conciencia social que tiene una), cómo en conocidas franquicias. 

El caso es que conforme los empleados de las distintas ópticas iban haciendo números, yo iba boqueando cual pez fuera del agua. Los cristales que yo necesito desde hace años, es cierto que en comparación a otras gafas para problemas menos complejos nunca han sido baratos, hasta ahí bien.. Pero esos presupuestos que me he llevado a casa hoy, eran escandalosos. El más bajo, incluyendo montura de las más baratas (en torno a los 100€), rondaba casi los 700€ ... eso sí, con posibilidad de financiar hasta en doce meses. En ese primer establecimiento confieso que me quedé ojiplática y la verdad, incluso llegué a pensar que me habrían visto cara de inocentona y me estaban intentando "colocar" el producto más caro, pero el presupuesto más alto pasaba ampliamente de los 1.000€ 😮.

Y es que en esos presupuestos que he recibido para lo que a fin de cuentas no deja de ser un producto sanitario, comparable casi, casi a una prótesis (pues sin ellas una persona que las necesita no puede hacer vida normal).  lo más caro no era la montura precisamente, no si no los cristales. Lo siento mucho, pero esos precios en este tipo de producto no los veo ni medio normal. Podría llegar a entender esos precios si estuviéramos hablando de una montura último modelo del diseñador de moda más chic, ahí no te digo yo que no, que los caprichos hay que pagarlos. 

¿Y que hace una persona que necesita ese producto sanitario, pero no puede pagarlo? ¿Unas gafas de farmacia o del bazar chino de la esquina de a 5€ y sin control ninguno para deteriorar aún más su vista? 

Sé perfectamente que este post no va a cambiar el sistema y que probablemente os habré dado una turra impresionante, pero al menos he podido desahogar un poco mi cabreo con estas líneas. Si has aguantado y has llegado hasta aquí, muchísimas gracias por tu paciencia, por leer de mis peripecias y por permitirme "llorar" un poquito sobre tu hombro.  

viernes, 8 de noviembre de 2024

La gata gourmet


Dicen que los gatos son muy suyos y hay quien en ocasiones utiliza ese calificativo de con cierta connotación negativa. Como buena mami de dos gatos, siempre que escucho eso no puedo evitar matizar que más que "muy suyos", los gatos son muy especiales. Por algo los antiguos egipcios, entre otras culturas,  vieron a los gatos como criaturas de gran valor espiritual conectados con la divinidad y otro día, en otro post,  ahondaré en los gatos a lo largo de la historia. 

De lo que venía a hablar en este post, es de una gata que, hace unos días, decidió adoptar a mi hermana. Si, si, habéis leído bien, el gato en cuestión de nombre Princesa, decidió hace pocos días aparecer en el balcón de mi hermana a la hora de comer con un sonoro "miau". Princesa ya hacía al menos un par de años que ronda el vecindario y todos estábamos convencidos de que ella vivía en la casa de un vecino que siempre ha sido un poco "especialito" y con el que ninguno de los demás vecinos ha querido tener mucho contacto precisamente por su forma de ser.

Mi hermana, aunque es muy amante de los animales, jamás ha tenido gatos siempre ha sido una persona que tiene muchísimo "feeling" con casi cualquier perro, pero hasta el momento yo no había conseguido despertar en ella la curiosidad de conocer un poco mejor el fascinante carácter gatuno. Tal y como iba contando, hace unos días Princesa decidió hacer acto de presencia a eso de la hora de comer en el balcón de casa mi hermana (es un balcón en un primer piso en una urbanización de bungalós altos y bajos) con un sonoro y largo "miau". Ese miau era claramente un miau de hambre, por lo que mi hermana , que a buen corazón no hay quien la gane, decidió partir un poco de la carne que se estaba preparando en un platito aparte para Princesa quien lo devoró cual aspiradora de comida. Al día siguiente, por lo visto, se repitió la escena, pero esta vez con atún.  

No requiere de mucha imaginación para suponer cual es la continuación de esta historia. Después del atún y ya viendo que los "miaus" a la hora de comer se estaban empezando a convertir en una rutina mi hermana empezó a comprar comida de gatos y aunque a todo aquel que la quisiera escuchar (o que hiciera algún comentario jocoso) le espetaba un sonoro "¡Que no es mi gato! 

Pero a medida que pasaban los días, y de ahí el titulo de este post,  los maullidos de princesa ya no eran solamente de hambre. Poco a poco empezaron a ser más bien maullidos de exigencia y no tardó mucho Princesa en descartar la comida que no fuera de su agrado, educando a la humana cual gata gourmet para que no solamente se dedicara a alimentarla, si no a alimentarla adaptándose a sus preferencias. Y en honor a la verdad he de decir que por ahora va ganando Princesa por puntos. ¿El final de la historia? ... Aunque todavía sea un final abierto, las probabilidades de que la gata gourmet pase a formar parte de la manada, son bastante altas 😅


 

viernes, 1 de noviembre de 2024

Treintaiuno de octubre ...

 

Este post es un pequeño homenaje a mi madre, que hace ya nueve años que nos dejó de forma repentina. Y aunque el dolor de la perdida ya hace tiempo que está trabajado y quiero pensar que superado, cuando se acerca la fecha de lo que habría sido su cumpleaños, me suelo poner algo melancólica. Ella cumplía años el último día de octubre (que si te gustan las flores, ya es mala pata cumplir años la víspera de la festividad de todos los santos) y el ramo que se ve en la foto va para ella.

Cómo ya no podemos darle el ramo en mano y tampoco nos gusta "celebrar" un día de difuntos o el aniversario de su partida, mi hermana y yo decidimos en su momento llevar el último día de octubre unas flores, coloridas y  alegres a un lugar que a nuestra madre le encantaba. Después solemos comer juntas y celebrar su cumpleaños recordando los buenos momentos que pudimos compartir a su lado. 

No sé si es buena o regular manera de recordar a una persona que fue de las más importantes de nuestra vida, pero es la nuestra y creo que eso, al fin y al cabo, es lo importante. 





sábado, 26 de octubre de 2024

Momento "Un día eres joven y al siguiente ... "

Ya sé que hace tiempo que no soy una niñita adolescente, ni una veinteañera tampoco. Mis treinta pasaron hace ya algunos lustros e incluso he dejado atrás el gran 4 delante de las velas que adornaban mi tarta todos los cumpleaños, todo eso no es ningún problema. Asumo mi condición de cinquentañera y, en general, estoy contenta y a gusto con mi edad a pesar de que, cómo creo que nos pasa a todos, en algún momento puntual me vea "forzada" (nótese el tono sarcástico en la palabra "forzada") a admitir ante mi misma que "una ya tiene una edad". Pero claro, los cincuenta míos no son ni los cincuenta de mi madre, ni muchísimo menos los de mi abuela, al menos de eso, siempre estaba convencida. 

Ya en su momento, cuando me llamaron "Señora" por primera vez, aparte de que al principio ni siquiera me daba por aludida, me quedé con cara de "¿Como? ¡Señora es mi madre!" y me llevó un tiempo asumirlo. No es que a todas horas me lo estuvieran diciendo, no, pero las veces que lo hacían no me gustaba, hasta que con el tiempo (si, si, con el tiempo) me terminé acostumbrando y aunque seguía sin gustarme realmente, ya no me sentaba mal. También me lo suelo pasar pipa con los chistes y memes de "un día eres joven y al siguiente ...", sin pensar que conforme pasan los años, mis probabilidades de identificarme con ellos van en aumento. 

Pero hoy, creo que he llegado al siguiente escalafón. Había bajado un momento al supermercado de la esquina a comprar cuatro cosas que me hacían falta. Al pasar por caja para pagar, me suelta el cajero, inocente de él "tenemos las chuches para Halloween de oferta, llévate unos para los nietos". ¡Momento shock! de hecho por un momento me quedé pensando "¿ha dicho nietos'" para acabar mirando al chaval ojiplática preguntándole "¿Pero tan mayor me ves?". El pobre, que a todo esto hay que aclarar que era jovencísimo, probablemente recién cumplida la mayoría de edad,  no sabía donde meterse. Supongo que temía que pudiera montarle un pollo y no sabía por donde salir. Aclaro aquí que eso de montar pollos no va en mi naturaleza ni por asomo y menos por algo así. 

Aunque a mis cincuenta-y-tantos biológicamente si que es cierto que la posibilidad de que yo pudiera tener nietos no es del todo descabellada, no es el caso. Posiblemente sea por eso que en mi subconsciente asociaba a una persona con nietos con alguien "suuuuuper mayor", por mucho que la parte no tan subconsciente de mi sabe perfectamente que nada más lejos de la realidad. En fin, este ha sido un claro caso de momento "un día eres joven y al siguiente te preguntan por tus nietos". 

¿Quién sabe? Lo mismo es el comienzo de toda una serie dedicada a "Un día eres joven ..."

martes, 22 de octubre de 2024

Momento música

Todos tenemos esos días en los que se nos "pega" una canción y no hay manera de dejar de canturrearla y hoy ha sido así., nada más sonar el despertador y antes incluso del primer café mañanero, ya tenía la canción que me acompañaría durante todo el día en la cabeza. 

Alguna vez leí (o me dijeron, no estoy segura) que cuando te pasa eso, la mejor manera de cambiar el chip es escuchar la canción de marras entera. Así que, ni corta, ni perezosa la busqué y la escuché, la disfruté (porqué además esa canción en concreto es muy especial para mi) y decidí compartirla

Espero que la disfrutéis, pero que no se os pegue 😇




martes, 8 de octubre de 2024

Cuando el universo conspira contra ti

 

Foto de Nataliya Vaitkevich: https://www.pexels.com/es-es/foto/cuaderno-boligrafo-desayuno-naturaleza-muerta-10060570/

¡Socorro! Llevo varias semanas intentando compartir alguna de mis idas y venidas en los blog y no hay manera. ¿La razón? Una cadena, que parece interminable, de eventos y situaciones dignas de una buena sit-com y a medida que van pasando los días ya empiezo a pensar que los astros se han podido alinear para mantenerme alejada del teclado y la pantalla durante una temporada y que mi querido amigo Murphy ha decidido recordarme sus leyes.

Cuando hacia el final de la semana pasada ya por fin parecía que iba a poder dedicarle un rato a escribir, justo después de sentarme en frente del teclado para empezar a darle con ganas, una taza de té en mi escritorio, mis notas desplegadas ante mi y la inspiración fluyendo a borbotones, ¡zas! ¡El teléfono! Mi hermana llamando con una pequeña crisis existencial que por lo visto solo yo podía resolver. Una hora al teléfono, dos tareas de “rescate” y tres intentos fallidos de volver a concentrarme en dejar fluir la inspiración, ese día ya no había nada que hacer.

Al día siguiente mi plan parecía perfecto. Iría a hacer la compra del fin de semana, nada, un par de horas y a la vuelta me sentaría un rato al pc y tranquilamente plasmaría mis cosas. Ese era el plan, pero como es bien sabido, una cosa es el como planeamos que sean las cosas y otra cosa muy distinta es como salen al final. Pero, a lo que iba, lo que yo pensaba que iban a ser un par de horas, terminó siendo todo el día, de tienda en tienda, parando a tomar un café y parando en casa de un familiar a dejar una cosa que me había pedido de una de las tiendas a las que iba, total que cuando volví a casa ya eran las diez de la noche y, sinceramente, no me apetecía sentarme a escribir. 

No pasa nada, total, al día siguiente, domingo, tendría todo el tiempo del mundo para ser creativa. Al menos eso pensaba yo, pero de nuevo no había contado con mi amigo Murphy, quien hizo que el domingo fuera de todo, menos tranquilo, con lo cual pasó en un abrir y cerrar de ojos, pero por supuesto que sin un atisbo de post a la vista.        

Pero como una tiene cierto rasgo de cabezonería, aquí estoy, intentando escribir  este blog post inasequible al desaliento y preguntándome si el universo está tratando de decirme algo. ¿Debería rendirme y aceptar que hoy tampoco es el día? ¿O debería tomar este desafío como una señal de que debo persistir, contra viento y marea? Bueno, la verdad es que no tengo una respuesta clara. Pero lo que sí sé es que, a pesar de todas las conspiraciones y obstáculos en mi camino, aquí estoy, escribiendo y eso ... ya es un comienzo.                                                                                                                                                                                            

sábado, 7 de septiembre de 2024

Momento viajero


No ha sido un viaje largo, ni tampoco exótico. Flossy no se ha ido de crucero, a un parque temático, ni a un resort. El destino de este momento viajero estaba a apenas unos 200 km de mi lugar de residencia, distancia que hemos salvado en tren, mochila al hombro al más puro estilo de cómo lo solía hacer cuando además de mochila, tenía menos años a la espalda. La "aventura", en la que lo único que estaba "organizado" fue la noche de hotel, duró apenas 2 días, pero mereció la pena para crear unos recuerdos y momentos únicos. Y puesto que me gusta compartir, comparto algunas impresiones de esos momentos en este, mi espacio. 

P.D.: Sé que el arte de la fotografía no es lo mío, pero son impresiones que me han gustado. 















Tremendo cabreo ...

Quien siga habitualmente tanto éste blog, como mi blog principal, sabrá que muy rara vez plasmo en ellos temas que no tengan un enfoque posi...